Heaven Is Under The Shadow of Swords.
Madera, aluminio y focos eléctricos.
280 x 200 x 17 cm.
1997.
SANTA IRENE
La iglesia bizantina de Santa Irene posee una larga historia que comienza en el año 360 de nuestra era, cuando el Emperador Constantino decide construir un recinto acorde a las necesidades espirituales de Bizancio. Una vez Constantinopla cae en poder de los Turcos (1453), la construcción es utilizada como arsenal, dado su gran tamaño y cercanía con el Palacio Imperial. Tal vez debido a ello es que Santa Irene nunca llega a ser utilizada como Mezquita.
En 1726 se convierte en el Palacio de las Armas. Para ello el edificio sufre una serie de alteraciones no estructurales que tienen como objetivo por un lado, facilitar la exhibición de instrumentos bélicos y por el otro, dejar en claro el poderío militar del Imperio. Sin embargo, solo hasta 1846 se convierte en el primero museo público (de carácter militar), en la historia de Turquía.
En 1940, debido a las presiones para que Turquía entre a al II Guerra Mundial, el museo es clausurado y sus colecciones enviadas a Ankara. La edificación permanecería cerrada por muchos años hasta que a mediados de los ochenta es sometida a un trabajo de recuperación para ser abierta nuevamente al público como museo patrimonial.
LA OBRA
La obra “Heaven is under the shadow of swords” desea explorar las contradicciones tanto históricas como ideológicas del lugar. La propuesta recurre a la utilización de un texto que simultáneamente es capaz de producir una imagen mental y crear una reflexión en torno a palabras que poseen connotaciones de poder. La frase no es solo un referente histórico sino que entronca con problemáticas actuales como el fundamentalismo y el armamentismo, métodos que han probado ser eficaces en la lucha por el poder.
La presencia de este “texto objeto”en un espacio provisto de una carga espiritual induce al espectador a una reflexión en torno al aspecto transitorio de todo cambio histórico, enfatizando las fuerzas ideológicas que lo producen. La utilización del texto en la obra, si bien una práctica usual en el arte occidental, replica el esquema islámico de rechazo a la figuración como método de representación.
La obra busca intervenir el espacio a través del uso de la luz. La utilización de un método básico y rudimentario para la elaboración de la obra, como lo es un aviso de bombillos, tiene como objetivo revalorar técnicas propias del lugar y simultáneamente subrayar el vínculo entre lo ideológico y lo publicitario, como una práctica recurrente en la divulgación popular de conceptos políticos. Esta metodología corresponde por ejemplo a la adoptada anteriormente en la producción de vitrales en el medioevo.