Progresión
Escultura madera.
330 x 180 x 280 cm.
2011.

En algunos barrios de Medellín y más particularmente en la Comuna 13, el terreno alcanza inclinaciones de hasta 60 grados. Eso hace que las viviendas y los accesos a las mismas, posean unas características particulares. Por lo general, el terreno tiene que ser conquistado y los esquemas constructivos reflejan una relación íntima entre las condiciones topográficas y los materiales utilizados.

El elemento arquitectónico de la escalera plantea una ecuación que articula la verticalidad y la horizontalidad en el espacio. Es parcialmente una respuesta y un reflejo de las condiciones físicas del terreno. Su inclinación, dada por la relación entre la huella y la contrahuella, y en últimas su diseño, están basados en el cuerpo y su capacidad para enfrentar obstáculos ya sean estos topográficos o arquitectónicos.

La obra Progresión, hace un análisis comparativo de la inclinación y materialidad de escaleras pertenecientes a diferentes niveles socioeconómicos. Mediante la utilización de tablas de diferente material que se ubican por pares en el espacio, no sólo se reflejan las condiciones del terreno sino que se alude a una pirámide social de marcados contrastes en sus espacios arquitectónicos. En los extremos de la pieza encontramos tablas de maderas finas que se encuentran lijadas y pulidas. El primer par tan solo alcanza los 10 cm. de altura. Un escalón que demandaría un mínimo esfuerzo en el ascenso. En la medida en que los pares de tablas incrementan el número de escalones y conquistan mayor altura, su material se vuelve ordinario; abandonan paulatinamente el tratamiento fino y delicado para dar paso a una materialidad directa y desprovista de acabados. El par de tablas que se encuentra en el centro de la pieza posee 11 escalones y alcanza una altura de 330 cm.

Progresión, también plantea una metáfora del ascenso social. Una proyección de un imaginario de progreso que depende y confía primordialmente en la capacidad física del cuerpo y el concepto de esfuerzo.

Juan Fernando Herrán