Sin título (pasto)
Video.
Duración: 5:10 segundos.
1993.

A finales de los ochenta e inicios de los noventa me interesaban varios temas dentro de los cuales se hallaban la transformación de la materia, los procesos biológicos y sus implicaciones psíquicas, una reflexión en torno a la ubicación del ser humano en relación a la naturaleza y las similitudes entre el hombre y el animal, y un interés por el cuerpo como eje de la experiencia. A nivel artístico, una inquietud por el concepto ampliado de la escultura y sus procesos escultóricos.
Para ese entonces había realizado piezas como la Corona de espinas o Sin título (70 objetos) que eran esculturas que utilizaban materiales naturales e involucraban íntimamente al cuerpo en el proceso de su elaboración. El video Sin título (1993) prosigue con este procedimiento pero de manera más directa y explícita.

La obra explora varios de los temas mencionados al exaltar los procesos biológicos del ser humano y confrontarlos con el género del paisaje. La pieza se centra en el accionar de la boca y la transformación de la materia. Recuerdo que en 1992 leyendo a G. Bataille, encontré un texto corto titulado Boca que me sorprendió porque articulaba varias de las ideas que tenía en mente, en especial la reflexión en torno al comportamiento del hombre en determinadas circunstancias y su semejanza con el animal.
Mi inquietud por la naturaleza y el paisaje y una serie de circunstancias nutrieron y dieron pie al trabajo. En primer lugar debo mencionar que en ese año me fui a realizar una Maestría en Escultura en Inglaterra, en el Chelsea College of Art con la Beca Jóvenes Talentos del Banco de la República. Esta situación detonó intereses y procesos artísticos que exploré y desarrollé a lo largo de varios años. Uno de ellos era sin duda mi relación con “lo natural” y con el paisaje como género artístico. En Inglaterra, el paisaje tiene unas connotaciones muy diferentes a lo que había experimentado durante mi vida en Colombia. En ese país, la naturaleza ha sido domesticada históricamente. El paisaje se consolidó y se formuló principalmente como un espacio que ofrecía al hombre un vínculo con lo bello. También con lo espiritual pero definido en términos de contemplación principalmente. Cuando estuve viviendo en Londres, me impresionó que los espacios para la naturaleza estaban muy bien definidos y delimitados. Los parques en las ciudades y las reservas naturales por ejemplo son espacios que obedecen en gran medida a parámetros de uso y conservación. Incluso visité en Londres lo que llaman los “city farms” unas granjas asistidas para que los habitantes de las ciudades conozcan a los animales y tengan una experiencia directa con ellos. En los parques de Londres por ejemplo existen zonas específicas para las mascotas. Esto me parecía increíble. Todo completamente delimitado y predeterminado. Creo que la distancia con lo rural, con lo básico, ese excesivo control y el contraste con lo que conocía de la naturaleza y su carácter agreste, me motivó a sondear otras maneras de relacionarme con el concepto de paisaje. De alguna forma estas circunstancias me hicieron consciente de lo diferente que era el entendimiento de términos como naturaleza y paisaje e hicieron que me ubicara ante esta nueva realidad con unos referentes alternos si se quiere. Por ello, el video Sin título propone a un hombre cercano a lo animal que articula de distinta forma los conceptos mencionados anteriormente. Creo incluso que se evoca al hombre salvaje, a un ser humano que simultáneamente reconoce lo escatológico, lo sexual, lo espiritual y lo corporal. No es coincidencial que el video inicie con una toma estática de un paisaje, que entre otras no es un paisaje inglés. Para mi era importante que en ese paisaje se pudieran observar tres zonas bien diferenciadas. En primer plano, un potrero, una superficie domesticada; en segundo plano, una franja de agua y al fondo un bosque primario. De hecho la primera imagen del video es una imagen fija de una fotografía tomada en la laguna de Pedro Palo en Cundinamarca.

Pero volviendo a la manera como se desarrolló la obra, también debo mencionar que la idea empezó a materializarse un buen día en un parque Londinense al ver a un perro comer césped. Recordé que estos animales se purgan ingiriendo pasto y casi instantáneamente hice la prueba. Evidentemente el sabor era muy amargo pero esa experiencia, que sobrepasaba un límite implícito en el comportamiento del hombre, me pareció suficientemente intensa y vital como para proseguir por ese camino. Al día siguiente me conseguí una cámara de video y empecé a hacer pruebas. Variaciones que poco a poco fueron definiendo la acción que realizaría, los tiempos de la acción y el encuadre. Muy pronto concluí que quería algo muy directo y sin edición. Fue así como decidí simplemente realizar una toma que diera cuenta del proceso. Recuerdo que para obtener el registro final me demoré como un mes, ya que necesitaba, entre otras cosas, que no hubiera nadie en el College. De alguna manera era un acto privado y no quería entrar en explicaciones. La realización del video tomó un buen tiempo debido a que sentía la necesidad de que los ritmos y tiempos del proceso de masticación se vieran reflejados, manteniendo una cierta tensión y expectativa. También recuerdo que en un momento dado consideré utilizar sonido y para ello utilicé un extracto de un disco de canto tibetano (para ese entonces un amigo alemán me comentó que los monjes tibetanos, que cantan en un registro tan bajo, lo hacen porque someten sus cuerdas vocales a un proceso donde el vomitar es parte del adiestramiento. Hoy en día no se si esto sea cierto pero me interesó inmensamente el hecho de recurrir a un proceso orgánico para producir un sonido cuyo objetivo es la meditación). Finalmente empleé la música mencionada como método para lograr el ritmo visual que deseaba pero la obra terminó siendo silenciosa ya que ese acompañamiento musical connotaba demasiado al trabajo.

En algún momento consideré utilizar la savia que extraía del pasto al masticarlo como material pictórico pero finalmente me concentré en el video y deseché las demás opciones.
En una sola toma se da cuenta de varios estados por los que se transcurre. Momentos de reconocimiento, de exceso y de introspección por citar solo algunos. El final es claramente un gesto que se puede considerar como una ofrenda, un momento que concluye un ciclo de experiencia.

Otro aspecto de la obra que me gusta es la alusión a los procesos escultóricos. En este caso la boca es la que le da forma al material. Esta transformación le confiere sentido relacionando al material con los procesos orgánicos y con el cuerpo y dotando a la naturaleza de valor cultural. En el video, el pasto se introduce en la boca en su estado natural para luego ser masticado por un tiempo y extraer su parte líquida, la savia del mismo. Finalmente al sacarse de la boca una masa de pasto comprimido que difiere en su forma y color del material original, se realiza una transformación que dota de valor al material y alude simultáneamente a un reconocimiento psicológico y existencial.

Juan Fernando Herrán, Noviembre 2009

La obra se ha exhibido en:

Exposición de mitad de año, Chelsea Collage of Art, Londres, 1993

Colombia ya hace parte, Galería Valenzuela y Klenner, Bogotá, 1994

Cultura vita, natura mors, Stuttgart y Bonn, 1996.
Curaduría de Iris Lenz.

Rencontres Internacionales Hors Circuit, París y Berlín, 1998.

De la Representación a la acción, Le Plateau, París, 2001.
Curaduría de María Inés Rodríguez.

Versiones del Sur: Eztetyka del sueño, Palacio de Velásquez, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, 2001.
Curaduría de Carlos Basualdo y Octavio Zaya.

En torno al paisaje, Galería Visor, Valencia, 2002

Naturalia, Museo de la Universidad Nacional, Bogotá, 2003.
Curaduría de Jaime Cerón.

Sin título, Metales Pesados, Santiago de Chile, 2009.
Curaduría de Patrick Hamilton.

Waterweavers: The River in Contemporary Colombian Visual and Material Culture, Bard Graduate Center, New York y el Centro Cultural Conde Duque, Madrid. Curaduría de José Roca.