Terra Incognita
Instalación
Plomo, fibra de vidrio, resina y luz
340 x 1000 x 1400 cm
2000-2002
Con la obra Terra Incognita (2000-2002) se concluye el proyecto Papaver somniferum, iniciado en 1997. La instalación explora las particularidades de los territorios donde se cultiva la amapola del opio y la situación de los habitantes que viven en ellos. La obra replica parcialmente la perspectiva institucional desde la cual se han concebido los cultivos de la planta para contraponer aspectos que tienen que ver con la realidad vivida por los habitantes de dichas zonas.
Al indagar sobre los cultivos de la planta en Colombia encontré una serie de fotografías pertenecientes a la Policía Antinarcóticos que hacen parte de los censos llevados a cabo por la institución para ubicar los cultivos de amapola y planear las campañas de erradicación. Casi la totalidad de estas imágenes son fotografías aéreas que se encuentran acompañadas de las coordenadas geográficas de dichos terrenos. Para la ubicación de los cultivos, los pilotos han desarrollado una aguda sensibilidad para percibir ya sea el rojo característico de la flor o el azul verdoso del follaje. Esta habilidad denota no solo la especialización del personal de la Policía en relación a las características de su objetivo, sino también una metodología que excluye los aspectos de tipo social y económico que definen la práctica del cultivo ilícito. Luego de cartografiar el territorio, la Policía planea y lleva a cabo las campañas de erradicación, en un proceso concebido a la manera de un procedimiento quirúrgico. Bajo la perspectiva de la guerra contra las drogas, dichas zonas son percibidas y definidas como “blancos”.
Paralelamente, encontré en el libro Senderos de la amapola: testimonios de indígenas y campesinos sobre cultivos ilícitos de Mady Samper una serie de relatos que le dan voz a los cultivadores y que muestran la encrucijada en la que se encuentran. Este libro y otra serie de referentes que se encuentran descritos en el libro de mi autoría Papaver somniferum fueron los que definieron el carácter de la obra.
Es así como Terra Incógnita retoma principalmente las circunstancias que viven los campesinos dedicados a la siembra de la amapola haciendo un retrato de tipo social del fenómeno. Para ello, decidí recrear de manera metafórica algunos lugares de nuestra topografía tomando en cuenta que las características físicas de las rocas son muy similares a las características topográficas de estos terrenos. De hecho los agentes erosivos que le dan forma tanto a las montañas como a las rocas son los mismos. De esta manera, seleccioné 7 rocas que luego repliqué en lámina de plomo para finalmente colocar sobre su superficie figuras en miniatura que representan y dan cuenta de las circunstancias vividas por los campesinos de esas zonas del país. La escala de las figuras y la altura de las rocas responden a la mirada aérea que da inicio al proyecto haciendo que el espectador perciba simultáneamente la perspectiva desde donde el fenómeno es concebido así como la dramática situación vivida sobre el terreno. Las escenas no solo dan cuenta de las circunstancias vividas por los campesinos sino que esbozan una condición psicológica de abandono y aislamiento.
Exhibida en:
Terra Incógnita, Museo de Arte Moderno de Bogotá, 2002.
Bienal Internacional de Liverpool, Tate Liverpool, 2002.
Contrabandistas de imágenes, Museo de Arte Contemporáneo, Santiago de Chile, 2005.